Fuente: SURMAULE, abril 19, 2012
La embajadora de Bélgica, Lieve Von Eeckout, visitó este jueves 19 de abril el Barrio Santa Ana, uno de los barrios de Talca más afectados por el terremoto, oportunidad en la cual hizo entrega de una donación de materiales de construcción y cajas de mercadería al comité de allegados «Santa Ana, mi vida, mi barrio». La ayuda fue posible gracias a la recaudación de dinero obtenido con la realización de un concierto en Santiago en beneficio de los damnificados del terremoto. La ayuda fue gestionada por el hermano belga Guido Gossens, diácono, representante de la Corporación Abate Molina y reconocido promotor de los derechos humanos en Talca.
En la oportunidad, la embajadora señaló: «La verdad, falta la ayuda y después de dos años es una pena ver a la gente que todavía no tienen casas construidas».
Marcos Peña, dirigente del comité y uno de los representantes del Movimiento Nacional por la Reconstrucción Justa en Talca, señaló «es un gesto muy noble de un país tan lejano como Bélgica que sí le interesa el sufrimiento de las familias afectadas por el terremoto. Esperamos que con esto el gobierno lo tome como un ejemplo para que active las políticas de asistencia hacia los damnificados y acelere los procesos de reconstrucción reales, con viviendas reales y no mediaguas, ni soluciones de parche. Estamos esperando que la gestión del gobierno en la reconstrucción sea certera, sea rápida. A ellos no les importa que las familias pasen otro invierno más en condiciones paupérrimas, no les interesa que los niños estén hacinados, que los adultos mayores estén condicionados a vivir en una mediagua un invierno entero».
El comité de Allegados «Santa Ana, mi vida, mi barrio» desde hace dos años se encuentra luchando por conseguir una solución habitacional en su mismo barrio, sin embargo, la única oferta que para ellos existe es en la periferia de la ciudad. Han hecho gestiones para buscar terreno es su sector y que SERVIU los apoye en la compra a través del subsidio de localización, que nace especialmente para dar mejor ubicación a las viviendas sociales, sin embargo, acusan escaso compromiso y voluntad de las autoridades para responder a sus demandas, quienes les han señalado el desinterés de las empresas constructoras por participar de un proyecto de este tipo. Pedro Campos, presidente del comité, declaró: «El problema es que la solución de los damnificados depende única y exclusivamente de la empresa privada, la cual no cumple con el requisito de compromiso social con los damnificados»
En este momento, el SERVIU les está dando como alternativa participar como «allegados» al Comité Manuel Larraín para que puedan obtener departamentos que allí se construirán. El dirigente señala «No es nada seguro. Nosotros ya no le creemos a SERVIU las promesas que hace. Cuando nosotros veamos en nuestras manos los subsidios y la construcción de las viviendas, podremos estar seguros de una solución»
