Podría seguir enumerando escenas del proceso de reconstrucción cercanas al realismo mágico, pero el tema sigue siendo grave, no sólo para aquellos que no tienen una solución, sino también para aquellos que, para obtener una, debieron renunciar a una forma de vida que les fue propia durante décadas.
El 07 de octubre, Pablo Allard, quién fue encargado de reconstrucción de ciudades, publicó una columna de opinión en La Tercera titulada: “Las Fábulas de la reconstrucción”. En ella, hace una crítica a loscompromisos que Bachelet hizo en torno a mejorar el proceso de recuperación pos terremoto del 27F.
Más allá de si sus críticas son o no fundadas, me pareció divertida la columna de Allard. Primero porqueocupa mal el concepto de fábula. Seguramente quiso decir ‘la utopía’ o ‘el sueño’, porque fábula, según la Real Academia, es un relato de ficción que carece de gran extensión y tiene como principal característica su voluntad didáctica.
La segunda cosa que me pareció graciosa, es que se le devuelve su ironía. Sí, porque lo habitual de una fábula es que entregue una moraleja, lección o enseñanza y si una cosa no ha tenido este proceso de reconstrucción, que él mismo ayudó a diseñar y a comandar, es una mínima capacidad para aprender de los errores y escuchar las críticas.
Tercero, y esto es lo que realmente me parece gracioso, leyendo la columna de Allard, se me ocurrió otra, la denominaría “el realismo mágico de la reconstrucción”. Se me ocurren varios sucesos que podrían servirme de inspiración.
- “A pocas semanas del terremoto un conjunto de instituciones regionales presenta una propuesta para elaborar un plan de reconstrucción para Talca. El alcalde y el concejo la aprueban, la ciudad está contenta, la ciudad celebra. Pero desde Santiago el encargado de reconstrucción de ciudades dice, ¡no! y lo detiene todo. El plan será desarrollado más tarde por un gran grupo económico a través de su inmobiliaria. ¡Una inmobiliaria haciendo un plan de reconstrucción!: el gato cuidando la carnicería. Nuestro alcalde acepta todo mientras piensa ‘a caballo regalado no se le miran los dientes’. Muchos sucesos se desencadenaron con este Plan”.
- “Pocas semanas después del terremoto, el equipo que hacía el Plan de reconstrucción visitó uno de los barrios más devastados. Era una noche helada. La situación de las familias era realmente penosa, vivían en carpas o mediaguas, nerviosos, en la total incertidumbre. Estaban sentados impacientes por escuchar lo que estos señores importantes tenían que decirles. El profesional abrió su cuaderno, limpio y nuevo, y lanzó su primera pregunta: ¿cómo se imaginan su barrio en 20 años? Los vecinos los sacaron a patadas.
- “En Septiembre de 2010, el Plan de Reconstrucción se entrega a la ciudad, debemos estar agradecidos, dijo el señor alcalde. Pero, perdón ¿Dónde quedó el terremoto dentro de su plan señor? Lo que nos entregó fue un plan de marketing urbano, no uno de reconstrucción, ¿se habrá equivocado de carpeta? El Plan no consideró que hubo un gran daño en más de seis mil viviendas de los barrios tradicionales. Del plan no se supo por mucho tiempo. ‘Se lo tragó la tierra’”
- “Para ser justos, el Plan sí consideró una iniciativa para los barrios, un proyecto para conservar sus fachadas. Fue considerado el proyecto estrella que permitiría preservar el patrimonio del Talca antiguo. Pero el proyecto tuvo condiciones especiales, le fue encargado sólo a una de las constructoras más grandes de la región, y sólo una empresa proveyó la ‘nueva materialidad’, el ferro cemento. Alguien preguntó ¿pero sabemos trabajar con ese material? No, pero dele no más, ‘en el camino se arregla la carga’. Una buena parte de las viviendas quedó mal construida, el proyecto nunca terminó.
- “Pero el Plan de reconstrucción no sólo se olvidó de que un terremoto afectó la ciudad, además se aprovechó del pánico y recomendó reparar el Mercado Central usando la ley de concesiones y reubicar las Escuelas Concentradas (nuestras escuelas emblemáticas). ‘Buena idea, dijo el alcalde, así modernizamos el centro’. Hasta hoy, tanto el Mercado como las Escuelas Concentradas están en iguales condiciones que hace tres años.
- “En Talca, el Plan de reconstrucción no pudo evitar que hubieran más subsidios que damnificados. Así es, se entregaron más subsidios de reparación que el número de viviendas que la necesitaban. Pero esto no es lo más extraordinario, lo que realmente es increíble, es que la mayoría de las familias que realmente sufrieron el daño en sus casas no utilizaron el subsidio, básicamente porque les significaba más trabajo postular a un insuficiente aporte, que reparar por sí mismos”.
- “El Ministro y sus asesores se muestran orgullosos con el informe que elaboró una experta de EEUU, lo cuelgan en su Web. Puros elogios para el gobierno. Pero ¿alguien vio a esta mujer? ¡Qué difícil era intentar reunirse con ella! No puede ser, las fuentes nacionales de su informe son exclusivamente el MINVU y la ONEMI. ¿Habrán sido auto críticos?”.
Podría seguir enumerando eternamente escenas del proceso de reconstrucción cercanas al realismo mágico, pero en realidad, el tema es grave y lo sigue siendo, no sólo para aquellos que no tienen una solución, sino también para aquellos que, para obtener una, debieron renunciar a una forma de vida que les fue propia durante décadas. Pese a esto, columnas divertidas como las de Allard invitan a tomarse las cosas con un poco más de humor.
Fuente: El Dínamo | 9 de octubre de 2013 | Por: Francisco Letelier
@PanchoLetelier. Sociólogo U. de Concepción y Magíster en Sociología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Director y Socio Fundador de la ONG Surmaule, Secretario ejecutivo de la Escuela de Líderes de Ciudad en la Región del Maule, miembro del equipo y docente del Centro de Estudios Urbano Territoriales de la Universidad Católica del Maule.