Francisco Letelier Troncoso | Diario el Centro | Fecha de Edición: 17-04-2013
Desde hace tres años venimos sosteniendo que el proceso de reconstrucción pos terremoto ha tenido un sesgo ideológico neoliberal. Esto significa, en la práctica, que se ha dejado al mercado decidir qué es lo que se hace, cuando y para quién. Un instrumento utilizado con estos fines fueron los Planes de Reconstrucción Sustentables (PRES), que en Talca fue financiado y ejecutado, en tres meses, por una empresa inmobiliaria de Santiago de propiedad del grupo económico Hurtado Vicuña.
Los ejecutivos de la empresa recomendaron al municipio someter la reparación del Mercado Central a la a Ley de financiamiento urbano compartido e incorporar un supermercado en su subterráneo. Así mismo, recomendaron la demolición de las Escuelas Concentradas, definiendo un nuevo uso para el suelo donde estas se emplazan. En resumen, se trataba de modernizar (no de reconstruir) la ciudad incorporando en la lógica inmobiliaria las dos manzanas más caras de Talca.
Hace algunos días conocimos la decisión del grupo Saieh de retirar de su propuesta de recuperación del Mercado la idea de estacionamientos subterráneos y un supermercado, haciendo una intervención menos invasiva y más acorde con lo que la comunidad demanda. Hace menos tiempo aún hemos conocido que el Concejo de Monumentos Nacionales ha declarado a las ex Escuelas Concentradas Monumento Nacional. Esto significa que ha reconocido el valor social, histórico, cultural y arquitectónico del edificio y su uso colectivo.
Estos hechos no obedecen a la pura voluntad empresarial o pública, son más bien fruto de un trabajo arduo y sostenido que la ciudadanía ha desarrollado en los últimos años. Esta ciudadanía ha logrado que la rehabilitación del Mercado y de las Escuelas Concentradas recupere su condición de asunto de interés común. Han logrado, a partir de su perseverancia, de su capacidad para construir redes y de su aprendizaje técnico, ser contrapartes de las decisiones del Estado (y del Mercado) e incidir en ellas. Estamos, sin duda alguna, frente al inicio de un nueva etapa en la actuación de la ciudadanía talquina y su capacidad para construir la ciudad. Como ONG Surmaule y Escuela de Líderes de Ciudad, estamos orgullosos de haber aportado en algo en este avance.