Todos hablan de innovación social, pero ¿de qué se trata?

Encuentros, seminarios, charlas y festivales internacionales giran en torno a esta temática. Y no sólo eso: se ejecutan proyectos millonarios basados en este concepto. Acá te explicamos en qué consiste.

Fuente: Diario el Centro | 15 de julio de 2018

Es evidente que la innovación social es un término que está en boga. Es habitual ver seminarios, charlas y encuentros que abordan esta materia. Autoridades, empresarios y organizaciones de diversa índole lo han incorporado a su lenguaje cotidiano. Pero ¿a qué se refiere realmente este concepto?

La Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal) lo define como «nuevas formas de gestión, de administración, de ejecución, nuevos instrumentos o herramientas, nuevas combinaciones de factores orientadas a mejorar las condiciones sociales y de vida en general de la población».

«Un factor clave en el surgimiento de innovaciones sociales ha sido la activa participación de la comunidad», afirma la Cepal.

Un estudio efectuado por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) en 2012 establece que «la innovación social es la generación de valor para la sociedad a través de la introducción de un producto, servicio o proceso novedoso que satisface una necesidad social de mejor forma que las soluciones existentes, produciendo un cambio favorable en el sistema social».

En 2006, Chile fue reconocido como el sexto mejor país del mundo para emprender en el ámbito social, según un estudio de la Fundación Thomson Reuters.

«Pienso que las innovaciones sociales siempre han existido, no es algo nuevo. Lo que actualmente sucede es que se está visibilizando y reconociendo que existen otras formas de hacer las cosas que permiten generar soluciones a problemas y desafíos complejos de la sociedad», comenta Claudia Concha, directora ejecutiva del Centro Integral de Innovación Social de la Universidad Católica del Maule.

En ese sentido, agrega que «muchas de estas soluciones implican traspasar fronteras tanto organizativas como disciplinarias, individuales como colectivas, públicas como privadas; requiere de un principio que hoy día es fácil decir, pero difícil de practicar: la colaboración. el trabajo en red».

A juicio de la Cepal, “un factor clave en el surgimiento de innovaciones sociales ha sido, sin duda, la activa participación de la comunidad desde la definición del problema que desean solucionar, la identificación de posibles alternativas de solución, la ejecución de las mismas, así como su seguimiento». «Es indispensable que los modelos innovadores tengan una relación costo-beneficio mejor que la de los tradicionales, además deben ser escalables, sostenibles y posibles de ser convertidas en programas y políticas públicas que puedan afectar a grupos amplios de la población», precisa el organismo.

El proyecto «Territorios Vecinales Innovadores» recoge la experiencia de programa TAC desarrollado en Las Américas, la Unidad Vecinal 46 y el Territorio 5 de Talca.

¿QUÉ PASA EN EL MAULE?

Una de las principales herramientas que existen actualmente para el financiamiento de proyectos en esta materia es el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC), que representa una parte del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) asignado a los Gobiernos Regionales.

En los últimos dos años (2016 y 2017), el Consejo Regional (Core) del Maule aprobó poco más de 803 millones de pesos para iniciativas de innovación social.

El intendente Pablo Milad sostiene que la principal importancia de desarrollar proyectos de este tipo «radica en la posibilidad de buscar e implementar soluciones a problemáticas regionales, a partir del conocimiento y capacidades de los actores involucrados, generando alternativas novedosas que puedan ser replicables tanto a nivel local, como regional o nacional». «Dentro de estas iniciativas ejecutadas en la región, encontramos aquéllas que pueden ir desde la gestión y articulación del territorio, sus habitantes y autoridades; hasta la búsqueda de propuestas para mejorar condiciones en las cuales el Maule presenta una condición desmejorada en comparación con el resto del país, como por ejemplo salud mental, condiciones de vida de adultos mayores, educación y medio ambiente, entre otras líneas de trabajo», detalla Milad. En tanto, el presidente del Core, George Bordachar, afirma que «veo la innovación social como un eje fundamental que permite desarrollar y disminuir las inequidades del Maule». En ese sentido, expresa que existen «iniciativas novedosas que buscan mejorar la calidad de vida de adultos mayores, mejorar la educación preescolar, vinculación territorial de comunidades y por supuesto la nueva realidad que se vive en la región con la migración de ciudadanos de países cercanos».

 

UN EJEMPLO DESTACADO

Uno de los proyectos que se realizan con recursos FIC se llama “Territorios Vecinales Innovadores* y es ejecutado por las Escuelas de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Católica del Maule (FACSE-UCM) en conjunto con Corporación SUR.

Su objetivo es construir un modelo replicable de articulación vecinal a escala territorial en el Maule, basado en la experiencia del programa Territorio y Acción Colectiva (TAC) efectuado en Las Américas. la Unidad Vecinal 46 y el Territorio 5 del sector norte de Talca.

A raíz de dicha iniciativa «desarrollada gracias a un convenio entre Corporación SUR, ONG Surmaule y la UCM, los vecinos lograron identificar y priorizar las principales problemáticas de sus territorios, para luego presentarle los resultados y las posibles soluciones a diversas autoridades, conformando Mesas Territoriales que han conseguido resultados concretos como la creación de parques, la instalación de mobiliario y equipamiento comunitario, el mejoramiento de espacios públicos y de viviendas, el análisis y rediseño de recorridos de transporte público y el desarrollo de iniciativas de mayor alcance, como es el caso del Plan Maestro de Recuperación Urbana en Las Américas.

Stefano Micheletti, académico de la UCM e investigador del proyecto «Territorios Vecinales Innovadores», explica que «hay varios aprendizajes que estamos construyendo a partir de la experiencia realizada; entre los más importantes e innovadores, creemos que un aspecto fundamental a considerar es la definición de una escala territorial de intervención que permita la generación de impactos concretos: si la ciudad es muy grande y la villa/población es muy chica, es importante trabajar en una escala intermedia para que los vecinos tengan la posibilidad de conectarse e influir en los procesos urbanos que determinan su acceso a servicios como salud, transporte, educación, recreación, etcétera».

«Por otro lado, nos parece relevante que programas de innovación social como éste apunten explícitamente a la disminución de la brecha de poder que existe entre actores sociales, públicos y privados a la hora de tomar decisiones sobre los territorios», añade.

En ese sentido, resalta que «es fundamental el rol de intermediación y facilitación que pueden cumplir instituciones como las universidades».

Finalmente, Micheletti recalca que «el aporte concreto de este proyecto es la construcción de un modelo de gobernanza de territorios vecinales urbanos, a partir de una experiencia de trabajo concreta que se está evaluando en sus méritos, con mucha atención a los aspectos positivos, pero también a aquéllos que son necesarios mejorar. Un modelo que puede ser utilizado como referencia para otras organizaciones e instituciones, y que en el mediano plazo esperamos pueda ser tomado en cuenta para la generación de políticas y programas locales».

 

Una visión crítica

Tamara Jeri es socióloga y especialista en evaluación de políticas y programas sociales relacionados con participación ciudadana, género, desarrollo regional y local. «En el ámbito de las políticas públicas, el concepto de innovación social resulta, a mi juicio, algo engañoso, «falsamente innovador» podríamos decir; ya que por décadas la producción de políticas públicas en el ámbito del desarrollo social ha buscado precisamente lo que hoy se asume como conquista de la innovación: es decir, la maximización de los impactos en las poblaciones destinatarias, y racionalizando los recursos públicos que los financian», expresa.

La profesional explica que «en Chile, la promoción de la innovación social ha ido tradicionalmente de la mano de los esfuerzos por fortalecer el rol que desempeñan las organizaciones de la sociedad civil en el desarrollo del país, con bastante rezago y esfuerzos recientes de carácter normativo y económicos (como la creación de la Ley de Participación Ciudadana y el Fondo de Fortalecimiento de Organizaciones de Interés Público), los que resultan insuficientes para promover un desempeño autónomo de estos actores en el impulso de «nuevas formas de hacer las cosas”. Principalmente, porque en estos avances se mantiene gran parte de lo que ha sido el problema del desarrollo de este sector: la dependencia y desequilibrio de poder en relación con el Estado y el Mercado».

 

Elementos innovadores e impacto

Dentro de los elementos innovadores del TAC, la socióloga Tamara Jeri destaca los siguientes:

La escala de articulación: El territorio se mira en relación a un territorio mayor. Y se configura, reconoce y delimita -temporalmente- desde sus habitantes.

Articula un grupo motor (principalmente institucionalizado) con una red territorial con actores y recursos diversos.

La multiescalaridad: Se levantan demandas acotadas, pero también relativas a problemas estructurales urbanos. En otras palabras, el proceso identifica falencias de infraestructura y equipamiento, pero visibiliza aspectos de flujos como movilidad, segregación, conectividad.

El promotor: Quien acompaña el proceso es un organismo «neutral» en la relación de la sociedad civil con el Estado. No hay recursos comprometidos para intervenciones sociales La participación como fin: Tradicionalmente, la participación ciudadana ha sido considerada como un medio «valioso por cierto-, para lograr objetivos de desarrollo. En este caso, constituye uno de los objetivos fundamentales.

Los impactos del proceso: El proceso genera competencias socio- políticas y capital social que permite levantar una demanda que posteriormente se negocia con la institucionalidad (intersectorial), con ello devuelve el poder a la sociedad civil en el concierto de las decisiones públicas.

Asimismo, Jeri valora que «desde el punto de vista de los impactos que busca generar, también constituye una innovación, toda vez que tiene una pretensión de perdurabilidad en el tiempo y no se acota a una cartera de inversiones predefinida y acotada».

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