El proceso participativo desarrollado por los propios habitantes de Las Américas, el Territorio 5 y la Unidad Vecinal 46, en el sector norte de la capital maulina, fue sometido a un análisis para ver la factibilidad de construir un modelo replicable a nivel regional.
Fuente: TV Maulinos | 29 de mayo de 2018
TALCA.- Interesantes resultados arrojó un análisis sistematizado de la experiencia de trabajo participativo que se llevó a cabo durante cuatro años en Las Américas, la Unidad Vecinal 46 y el Territorio 5 de Talca a través del programa Territorio y Acción Colectiva (TAC).
La iniciativa, que forma parte de un proyecto desarrollado por las Escuelas de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Católica del Maule (UCM) en conjunto con Corporación SUR, es financiado por el FIC del Gobierno Regional, y su objetivo es construir un modelo replicable de articulación vecinal a escala territorial en la Región del Maule.
“En esta experiencia se trabajó con varias organizaciones y juntas de vecinos que compartían un territorio en común. Esto es diferente de lo que se hace habitualmente, que es trabajar con cada junta de vecinos una a una, y por supuesto que implica varios desafíos de coordinación para trabajar en torno a una visión común del sector”, explicó el sociólogo Víctor Fernández, quien fue requerido para realizar una evaluación externa del proceso y sus posibles proyecciones.
El especialista en metodologías participativas afirmó que los resultados “son varios y muy variados, pues se trata de una experiencia bastante novedosa”.
“Mientras la manera tradicional de trabajar con organizaciones sociales en Chile ha sido ponerlas a competir entre ellas a través de proyectos, esta experiencia demostró que es mucho mejor fomentar el trabajo conjunto, aun cuando no sea un proceso fácil”, sostuvo Víctor Fernández.
El sociólogo recordó que “los vecinos, con el apoyo de otras instituciones de la sociedad civil, elaboraron unos diagnósticos muy completos de su territorio. Eso les permitió sentarse a conversar de una manera distinta con las autoridades”.
“Trabajar de manera participativa con la comunidad es muy desafiante, porque los hace salir del trabajo sectorial y parcelado, pero tiene mejores resultados, valorados por la comunidad y posiblemente más sostenibles en el tiempo”, destacó.
Finalmente, Víctor Fernández concluyó que “todo parece indicar que el trabajo conjunto entre las organizaciones sociales, las instituciones y algún tipo de apoyo externo es una de las claves”.
El docente e investigador de la UCM Francisco Letelier expresó que “es importante que el trabajo realizado por el TAC sea sometido a una evaluación externa, porque permite saber si lo que hacemos sirve o no. Si sirve, nos permite corregir y mejorar el diseño original”.
El académico, que fue uno de los impulsores del TAC, recalcó que “Chile no tiene políticas de participación a nivel vecinal. Esta podría ser una alternativa, pero creo que lo importante es que pensemos en políticas que faciliten la articulación y la participación, no que la encuadren y la regulen”. “La experiencia internacional muestra que pueden existir instrumentos legales, pero si no se promueve una cultura asociativa, los instrumentos no se utilizan”, aseguró.
Por esta razón, Letelier dijo que “estamos trabajando para proponer un modelo flexible y que permita que tanto gobiernos locales y regionales, como las mismas organizaciones sociales, puedan tener una guía de cómo construir un proceso de participación a nivel territorial-vecinal”.
A la hora de analizar el proceso, Luis Fernández, integrante de la Mesa Territorial de Las Américas, comentó que “el balance es positivo, porque hemos logrado los objetivos propuestos, como en el caso del Canal de la Luz y el Canal Baeza, también que nos pusieran basureros y paraderos, que nos arreglaran y ampliaran las sedes sociales, y la ejecución de proyectos de viviendas que nos permitirán -a corto, mediano y largo plazo- tener renovada la fisonomía de Las Américas”.
“Son logros que están a la vista de los vecinos. Hemos hecho un trabajo mancomunado y hoy día estamos cosechando los frutos”, afirmó.
En tanto, Filomena Díaz, dirigenta vecinal del Territorio 5, valoró que “fuimos capaces de ponernos de acuerdo en lo que iba a ser más útil para nosotros, de ser responsables, escucharnos y entender que todos somos diferentes. Aprendimos a enfrentar a la autoridad y tomar acuerdos, proponiéndoles posibles soluciones”.
A su juicio, dicha experiencia perfectamente puede ser replicable en otros sectores. “Es lo que veníamos tratando de hacer: que las autoridades tomen más en cuenta a las personas, que las cosas se hagan de acuerdo a las necesidades del territorio y no que pongan una placilla en un lugar de forma unilateral”, argumentó.
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