Pasaron de la desconfianza y resignación a ser los impulsores de los cambios. A través de Mesas de Trabajo, se sientan codo a codo con la autoridad y se organizan mirando el territorio, una escala intermedia entre la comuna y las poblaciones.
Fuente: Diario El Centro | 13 de septiembre de 2015 | Daniel Giacaman Zaror
“Mi hija salió de cuarto medio, quiso buscar pega y por ser de Las Américas le dijeron ‘te llamamos’. Se sintió tan mal que dijo ‘yo me voy de aquí, no tengo nada que hacer acá'», recuerda Mónica Garrido.
«Mírate, mamá, mira a tu alrededor. No hay vida, no hay colores, nada», fueron las palabras que calaron hondo en su persona. «Nos abrazamos y lloramos ese día», reconoce.
Garrido cuenta que «me dolió mucho que mi propia hija me hiciera darme cuenta de esas cosas que eran verdad… Somos la cara más fea de Talca… Entonces dije: ‘tengo que hacer algo'».
Ese momento marcó un antes y un después en su vida. Sin tener conocimiento ni experiencia, se convirtió en dirigente vecinal. Su hija se fue a estudiar a Viña del Mar, pero siempre están en contacto. «Me apoya y está feliz. Antes quería que me fuera para Valparaíso y ahora me dice ‘sacarte de ahí sería quitarte lo que más te gusta’. Yo le cuento las cosas y ella me dice ‘mamá, qué bacán, te felicito por cómo has crecido, tenías toda la razón del mundo’. Y yo le respondo ‘sí, hija, voy a tratar de cambiarle la cara al sector por ti, porque tú me gatillaste eso'», revela.
Actualmente, Garrido es presidenta de la junta de vecinos Las Américas VI e integrante de la Mesa Territorial Las Américas-Doña Rosa, que ya consiguió el compromiso del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) para realizar una histórica intervención que comenzará con la asignación de 700 millones de pesos como experiencia piloto en Las Américas III.
Luis Fernández, delegado de Las Américas X, afirma que «yo estoy contento, porque esto comenzó de la nada, de un sueño, y hoy día estamos viendo los logros paso a paso, y eso nos tiene satisfechos. Y lo más importante es que no nos importa quién empieza primero o segundo, lo que queremos es que en el corto, mediano y largo plazo vayamos viendo las utilidades de este proyecto».
En el sector también se ha conseguido la instalación de paraderos, basureros y máquinas de ejercicios. «Ahora los vecinos participan de las reuniones, ven a los dirigentes en la calle y les hacen las preguntas. Están más empoderados y esto se produce gracias a los logros que vamos teniendo», asegura Fernández. «Esto les da confianza y la certeza de que sí puede haber un cambio», coincide Garrido. Similar situación se vive en el Territorio 5 de Talca, donde el Municipio instaló paraderos nuevos y construirá un parque en la 17 Norte, mientras que el Minvu colocará veredas en ambos lados de la 17 Oriente.
«Los vecinos se han atrevido a participar y a hablar, varios de ellos antes eran bien tímidos y ahora tienen más personalidad y lo bueno es que les gusta participar porque se sienten parte de esto. Ven las necesidades dentro de su territorio y lo plantean, no es que vengan las autoridades a imponer, sino que hay un espacio donde ellos pueden exponer. Y si no pueden ir, por lo menos preguntan y se ve que están preocupados de lo que está pasando», destaca Maritza Rocha, miembro de la Mesa de Trabajo del Territorio 5.
El seremi de Vivienda, Rodrigo Sepúlveda, valora que la actitud de los vecinos «dejó de ser de queja, de mirar hacia atrás y de dramatismo. Hoy día han pasado a proponer, conocer y tener información de calidad. Podemos decir que ellos son parte del proceso de acompañamiento, no sólo de la idea, sino también de la propuesta y de la gestión».
Incluso, se acaba de conformar la Mesa Territorial de la Unidad Vecinal N°46. «Estamos contentos porque todo el territorio está trabajando en conjunto y porque los vecinos se han motivado. Estamos entusiasmados con el trabajo», expresa Rosita Imas, secretaria de la villa Don Sebastián. Asimismo, Wilson Muena, presidente de las Villas Unidas, sostiene que «hemos hecho planteamientos en reiteradas oportunidades de cosas que son casi inalcanzables que las logremos solos, por ejemplo en temas de conectividad. En cambio, ahora ya no vamos a ser solo 300 familias, sino que tal vez seremos unas 8 mil personas, entonces la cosa va a ser distinta y seremos mirados de otra forma por las autoridades».
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Las Mesas Territoriales en Las Américas-Doña Rosa, Territorio 5 y Unidad Vecinal N°46 surgieron a raíz del programa Territorio Acción Colectiva (TAC) impulsado por la alianza entre ONG Surmaule, Universidad Católica del Maulé (UCM) y Corporación Sur, apoyado por APlomo y el Centro de Estudios Urbano-Territoriales (CEUT).
El gobernador de Talca, Óscar Vega, sostiene que “esto es hacer democracia local, incorporar a la ciudadanía en la toma de decisiones y trasladar a los afectados directos la responsabilidad de la generación de soluciones y que éstas sean efectivas, por eso es muy importante lo que hemos construido, porque eso nos permite intervenciones públicas y aplicación de recursos de modo eficiente».
La presidenta de la junta de vecinos Parque Industrial, Filomena Díaz, destaca que «ha sido muy interesante cómo los roles se han invertido y la gente se siente más empoderada de su sector».
El TAC comenzó en marzo de 2014 con un prediagnóstico elaborado por un equipo multidisciplinario y luego se efectuaron diálogos locales. Posteriormente, se llevó a cabo un ciclo formativo con líderes y dirigentes vecinales, quienes aplicaron lo aprendido en sus territorios para que fuesen sus propios habitantes quienes construyeran una agenda con la identificación de sus problemáticas y las propuestas de soluciones, la cual fue presentada ante diversas autoridades. De esta forma, se conformaron Mesas de Trabajo que han permitido obtener compromisos de corto, mediano y largo plazo.
Filomena Díaz valora que «hemos tenido la capacidad de priorizar cuál es el problema más importante a nivel de territorio y no de mi junta de vecinos particular». En la misma línea, Maritza Rocha cuenta que «hace rato que soy dirigente social, pero en este caso hemos aprendido a trabajar en equipo, a llegar a acuerdos y a priorizar en conjunto por un bien común».
La presidenta de Corporación SUR y coordinadora de la Escuela de Líderes de Ciudad (ELCI), Patricia Boyco, sostiene que «con las Mesas se viene^Jemostrando que es posible empezar a romper la nefasta rutina en la que se ven envueltos los dirigentes vecinales, donde los objetivos por conseguir ‘la sede’, ‘el área verde’, ‘la señalética’, etcétera, son la razón de su quehacer. Un desgaste feroz e interminable que puede durar años… ¡Y estamos hablando de muy pequeñas inversiones! Y más encima experimentan la sensación de que están solos porque los vecinos no participan». El sociólogo de la UCM y vicepresidente de Surmaule, Francisco Le- telier, explica que la mayoría de los problemas urbanos más importantes se deben enfrentar a nivel intermedio. «La población es muy pequeña, la ciudad muy grande, el territorio subcomunal es una escala muy apropiada para planificar y participar. Por ejemplo, es útil si quieres una nueva línea de micros entre Las Américas y La Florida, un parque de 10 mil metros cuadrados en Faustino González, intervenir un canal que cruza 50 poblaciones o si quieres mejorar la conectividad oriente-poniente en la Unidad Vecinal 46», analiza.
MODELO DE GESTIÓN
El modelo instaurado a través del TAC ha sido visto con buenos ojos por las autoridades. El gobernador Vega expresa que «esto es parte de lo que entendemos como fortalecimiento a la democracia a partir de una sociedad civil más protagónica y más empoderada. Es una experiencia absolutamente replicable en cualquier territorio de nuestro país y que nos permite llegar con soluciones mucho más efectivas». En tanto, el seremi Sepúlveda comenta que “son formas de trabajar que representan un modelo de gestión distinto, de poder circunscribir problemáticas comunes a zonas y territorios determinados, enfrentándolas de forma comunitaria y con la autoridad con plazos establecidos. Yo creo que tiene que ser imitado en distintas zonas de la región y masificado ojalá con un aporte municipal importante». Asimismo, el administrador municipal de Talca, Juan Carlos Díaz, afirma que «la iniciativa ha sido muy buena y nosotros vamos a recoger este buen mecanismo para trabajar en nuestro Pladeco (Plan de Desarrollo Comunal) y también en la conexión con los vecinos». Francisco Letelier asegura que la metodología del TAC es innovadora. «Hemos motivado a los vecinos a salir de su metro cuadrado para mirar su territorio; hemos activado la conversación ciudadana sobre algo de lo que no se hablaba, pues el territorio, la suma de diversas poblaciones que conforman una cierta unidad, no estaba siendo observado y en esa escala se juegan muchas cosas importantes; y hemos facilitado que el propio Gobierno mire las cosas de otro modo y hoy se entiende mejor que su rol no es sólo solucionar problemas, sino también hacerlo construyendo ciudadanía. Cada acción pública puede construir o destruir capital social».
Letelier sostiene que «creemos que es posible construir, articulando gobierno local y regional, un Modelo Regional de Gestión Territorial Participativa» a través del cual «las organizaciones del territorio construyan planes de desarrollo participativos, los negocian con las autoridades y se definen agendas conjuntas de inversión y gestión». «Esto permite, por un lado, que las autoridades organicen mejor su inversión y la hagan de manera más sinérgica. Al mismo tiempo, permite a los vecinos tener un horizonte de certezas respecto a los cambios que esperan en su territorio. Y, en el proceso, gobierno y organizaciones aprenden a reconocer mejor la labor de cada uno, sus desafíos y limitaciones, crecen las confianzas. Finalmente se ejercita la democracia local, que es la base para construir una democracia sólida. Ganancia para todos», argumenta.
Colegio abandonado
Uno de los temas pendientes es la situación de un colegio abandonado que pertenece a manos privadas y que se ubica en la 17 Norte con 16 Oriente, el cual se ha transformado en un foco de Sfelincuencia, basura y drogadic- ción.
El gobernado Óscar Vega reconoce que «tenemos un serio conflicto con ese colegio y estamos generando acciones para ver si por la vía de una situación especial se solicite la expropiación de ese espacio por estar afectando al bien común, pero la respuesta hasta este minuto sigue siendo que no tenemos posibilidad de intervenir».
En tanto, Juan Carlos Díaz afirma que «estamos haciendo las negociaciones para ver si es factible adquirir este inmueble, pero tiene que pasar por un previo acuerdo de concejo».
Otro tema pendiente es la reconstrucción de la sede de la junta de vecinos Parque Industrial.
Dividir para reinar
En 1989, Augusto Pinochet promulgó la Ley N0 18.893 de Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias. Boyco explica que «la ley de Pinochet apuntó a quebrar ese poder de representación vecinal de base, debilitó sus atribuciones y también se pudieron conformar varias uniones comunales de juntas de vecinos por comuna».
Letelier comenta que la normativa «permitió y promovió la creación de muchas juntas de vecinos en una misma unidad vecinal. Esto ha provocado, por ejemplo, que en Las Américas, por cada una de las más de 10 etapas, exista una organización vecinal. Esta fragmentación de la representación ciudadana, sumada a la feria de fondos concursables, ha hecho que más que colaborar, las juntas de vecinos compitan entre sí: dividir para reinar».
«El TAC va en la línea contraria: uniendo las partes», sostiene Boyco.