Diario El Centro | Francisco Letelier Troncoso | Fecha de Edición: 06-02-2013
En virtud de su mayoría en el concejo municipal, el alcalde Castro y los concejales de derecha aprobaron reciliar el contrato con el MINEDUC para la reparación de las Escuelas Concentradas, y al mismo tiempo, echar pie atrás a la decisión de mantener las Escuelas en su localización actual.
Durante los últimos tres años se dio una intensa discusión respecto al traslado de este emblemático recinto educativo. Se pusieron todos los elementos técnicos y sociales sobre la mesa para tomar una decisión. Al final, los argumentos a favor de mantener el emblemático establecimiento se impusieron.
En resumidas cuentas estos argumentos eran: i) están en condiciones de ser reparadas, ii) representan un patrimonio material e inmaterial para la ciudad y sus habitantes, iii) tienen buenos estándares de calidad educativa, iv) por sus características (entre ellas su localización) son un espacio privilegiado de integración social y v) cumplen con todas las reglamentaciones técnicas para funcionar como recinto educacional.
¿Por qué se insiste en trasladar un recinto educativo único en Talca si reúne todas las anteriores características? Algunos esgrimieron las dificultades que representarían para el tránsito vehicular, otros, el hecho de que no podrían tener jornada escolar completa.
En opinión de los dirigentes del Comité de Defensa de las Concentradas, para ambos casos hay respuesta, en el primero, el proyecto aprobado y financiado por el Ministerio de Educación considera soluciones. Respecto de la segunda, argumentan que la comunidad educativa es quién define si tener o no jornada escolar completa y que por sus altos estándares de resultados, las Escuelas Concentradas no la necesitan (personalmente no creo que la JEC sea una formula milagrosa).
Otro argumento muy utilizado por los concejales de derecha fue “la oportunidad de contar con un recinto educativo de calidad en otra localización más apropiada”, sin embargo, este “recinto” y su calidad, solo habitan en las mentes de los concejales, puesto que no existe ningún proyecto alternativo al que se puso fin el lunes, es decir, se desechó un proyecto sin tener ningún otro para reemplazarlo.
Si no existen razones técnicas para relocalizar la ex Concentradas, entonces, abramos un debate sobre las verdaderas motivaciones para hacerlo. Al parecer, estas se relacionan con la idea de construir un centro cívico y un nuevo edificio consistorial que reúna a todas las dependencias municipales dispersas en la ciudad. Esta idea, que es en sí misma interesante, no justifica, a nuestro juicio, el hecho de retrotraer toda la discusión ya realizada y la decisión tomada respecto de mantener la localización del recinto, toda vez que existe ya un convenio con el Ministerio de Educación para su reparación y mejoramiento.
¿Por qué no insistir, por ejemplo, con los terrenos de la antigua cárcel de Talca o la ex fábrica Jarman, como lugares para un centro cívico, en vez de en mantener en vilo durante más tiempo a una comunidad educativa y a todos quienes valoramos la existencia de la ex Concentradas?
La mayoría con que cuenta el alcalde en el concejo puede darle autoridad legal para retrotraer una decisión ya tomada, pero este acto lesiona su legitimidad: los ciudadanos no estamos ya para firmar cheques en blanco frente a las autoridades. Se hace necesaria una discusión mayor y más amplia. Incluso tal vez, en este caso, como el del Mercado Central, debamos utilizar un mecanismo como el del plebiscito comunal, herramienta consagrada en la ley y que podría ayudarnos a resolver con participación ciudadana un tema complejo como este, si hubiera voluntad tal vez aún es tiempo.